David Hasselhoff: su inesperado rol en la caída del Muro de Berlín, los celos con Pamela Anderson, por qué rechazó a DiCaprio en Baywatch

David Michael Hasselhoff nació el 17 de julio de 1952

A principios de los 90 había un hombre que podía jactarse de ser conocido por todo el mundo sin alardear ni exagerar. Es que para esa época una serie batía récords y récords de audiencia: Baywatch. Su protagonista era un señor alto y pintón, no muy buen actor pero indudablemente carismático: David Hasselhoff, el mismo que antes había conducido un auto fantástico y que hoy celebra 70 años.

Los comienzos de Hasselhoff en la actuación fueron bastante por casualidad. Trabajaba de mozo en un local de Los Ángeles cuando entre sus clientes atendió a un cazatalentos. Le avisó de algunas pruebas y así obtuvo pequeños papeles en algunas series exitosas como El crucero del amor. Aunque sin grandes dotes actorales, sus dos metros de altura, su pinta innegable y su simpatía única pronto le abrieron las puertas a la gran oportunidad que le llegó en 1982 cuando le ofrecieron protagonizar la serie El auto fantástico.

Debía interpretar a Michael Knight, un justiciero que combatía el mal no montado en un caballo negro como El Zorro sino conduciendo un Pontiac deportivo: Kitt. El vehículo tenía algunas prestaciones que lo hacían único: una carrocería inmune al ataque de proyectiles, un sistema que le permitía alcanzar una velocidad que empalidecía a Meteoro, avanzaba en dos ruedas (ideal para atascos de tránsito), poseía asientos eyectables y hasta un analizador de sangre. La gran estrella era su computadora con capacidad de hablar e interactuar con el conductor como si fuese una persona normal y no solo para indicar “en 100 metros gire a la derecha”. La serie pronto se transformó en un suceso y su protagonista, en una estrella.

En El auto fantástico, David Hasselhoff peleaba con su vehículo por “los inocentes, los indefensos y los débiles en un mundo de criminales que operan al margen de la ley”
En El auto fantástico, David Hasselhoff peleaba con su vehículo por “los inocentes, los indefensos y los débiles en un mundo de criminales que operan al margen de la ley”

Después del éxito de El auto fantástico, el nombre del actor anduvo rondando para ponerse en el rol de Superman, James Bond, Indiana Jones, “pero (Steven) Spielberg me dijo que como Harrison Ford acababa de hacer La guerra de las galaxias…”. Como actor no conseguía ningún trabajo interesante, así que David decidió dedicarse a su otra pasión: la música. En 1985 grabó un disco titulado Night Rocker.

Como músico vivió uno de los episodios más insólitos de su ya insólita vida. Una revista austríaca sorteó, sin avisarle, una cena con él. Cuando lo supo, en vez de enojarse accedió a pasar una velada con la fan premiada. Entre vinos y buena comida, ella le contó que en su país él era una estrella del rock, dato que lo asombró ya que en Estados Unidos su disco había vendido poco y nada. Hasselhoff decidió aprovechar su inesperada fama europea y haciéndose pasar por su propio mánager llamó a un reconocido promotor que le organizó una gira. Para sus presentaciones desempolvó un viejo tema alemán que declaraba “looking for freedom” (”busco la libertad”). Lo que no esperaba fue lo que sucedió.

Era 1989 y el tema se convirtió en un inesperado himno de protesta para los alemanes del este. En noviembre cayó el Muro de Berlín, y en un programa especial, la televisión alemana le pidió que cantara sobre las ruinas. Lo hizo ante una multitud de alemanas orientales que lo ovacionaban. Invito al lector a que detenga su lectura y reviva ese momento. Si logra no sonreír por la “luminosa” campera será un gran mérito.

David Hasselhoff, canta en el Muro de Berlin, en el Año Nuevo de 1989

Años después Hasselhoff contaría que “en mis visitas a Alemania Oriental me sentí como Elvis. Todos me conocían. A los alemanes orientales les preguntaba : ‘¿Me conocen por esa serie donde hablo con mi auto?’. Pero ellos pensaban que estaba loco y me decían: ‘¿Hablas con un automóvil?’. Es que ellos no vieron la serie porque solo se emitió en Occidente, así que me decían: ‘No, lo conocemos porque usted es el hombre que canta sobre la libertad’. No sabían que yo había ido a Alemania Oriental para conocer chicas y decirles: ‘Yo canto por la libertad, pero, claro, me gustaría volver a casa con una de ustedes’”. Sumamos un dato insólito: existe un best seller de divulgación histórica titulado ¿Acabó David Hasselhoff con la Guerra Fría?

En los 80, David Hasselhoff despertaba pasiones
En los 80, David Hasselhoff despertaba pasiones

Cuando pensaba que la música sería su opción y Europa su lugar de adopción, le ofrecieron un proyecto llamado Baywatch, una serie que narraba las aventuras de un grupo de guardavidas que andaban con trajes de baño rojos en las playas de California. El primer año fue un fracaso. Sin embargo, Hasselhoff creía en el potencial de Mitch Buchannon, su personaje, y también de la serie así que compró los derechos a la NBC. No se equivocó. Baywatch duró 11 temporadas más, se convirtió en la más vista de la historia -hasta que la destronó Dr. House– y él, en multimillonario.

El programa fue emitido entre los años 1989 y 2001 y llegó a ser visto por más de un billón de personas en más de 140 países. La Antártida fue el único continente donde no llegaron los guardavidas, quizá para no deprimir a sus habitantes con la visión de esas playas cálidas. Con audiencias récords, ícono sexual y millonario, hombre más famoso del mundo casi de un día para otro no volvió a trabajar. Y es acá donde la historia de ser cierta se pone más que interesante. Una leyenda que circula en Hollywood asegura que el que le bajó el pulgar a David fue el mismísimo Leo DiCaprio en una especie de venganza personal.

Con once temporadas emitidas entre 1989 y 2001, la tira protagonizada por David Hasselhoff que mostraba a un grupo de guardavidas con sus icónicos trajes de baño rojos en las playas de California es recordada por el público hasta hoy
Con once temporadas emitidas entre 1989 y 2001, la tira protagonizada por David Hasselhoff que mostraba a un grupo de guardavidas con sus icónicos trajes de baño rojos en las playas de California es recordada por el público hasta hoy

Según contaron los productores ejecutivos de Baywatch, Michel Berk y Douglas Schwartz, cuando Leo tenía 15 años y ya había empezado a llamar la atención en ¿A quién ama Gilbert Grape?, se presentó al casting para interpretar a Hobie, el hijo de Mitch Buchannon, en la ficción. Pasó, las pruebas y quedó seleccionado. Los productores estaban felices con ese adolescente angelado, pero cuando Hasselhoof conoció a ese muchacho tan bonito y talentoso puso el grito en el cielo. Aseguró que era demasiado mayor para hacer de su hijo, que eso le envejecía y que desequilibraba su rol como galán.

Ante el no de la estrella principal a Leonardo le dijeron “Gracias y adiós” y fue sustituido por Jeremy Jackson. Ya sabemos que como dice el dicho, la venganza es un plato que se come frío. Con el tiempo, y sobre todo luego del exitazo de Titanic, DiCaprio pasó a ser uno de los actores más cotizados de Hollywood y, según relata la revista Esquire, “se ocupó personalmente de que jamás David volviera a trabajar”.

Leo no fue el único rechazado en el casting de Baywatch. Hasselhoff también se opuso a que contrataran a Pamela Anderson. No quiero que una mujer que estuvo en Playboy participe del show. Hay muchos chicos en el público”, alegó en ese entonces. Pero la realidad era otra. Su ego había vuelto a meter la cola. Según Schwartz la verdadera razón por la que el musculoso protagonista rechazó a la rubia era porque “ella tenía enormes pechos, y David creía que iba a opacarlo… que fue lo que pasó”, afirmó. Pero en el caso de la rubia no le hicieron caso.

Según señalaron los creadores del programa en diversas entrevistas, el atuendo rojo que lucían David Hasselhoff y Pamela Anderson “nunca fue pensado para que se vieran sexy intencionalmente”. Los productores pidieron asesoramiento a una conocida marca de ropa deportiva para natación y diseñaron los trajes “especialmente para el cuerpo de cada uno de los protagonistas”
Según señalaron los creadores del programa en diversas entrevistas, el atuendo rojo que lucían David Hasselhoff y Pamela Anderson “nunca fue pensado para que se vieran sexy intencionalmente”. Los productores pidieron asesoramiento a una conocida marca de ropa deportiva para natación y diseñaron los trajes “especialmente para el cuerpo de cada uno de los protagonistas”

Sea por una venganza incomprobable, por proyectos que no llegaron o películas que no avanzaron, Hasselhoff no volvió a protagonizar ningún otro éxito. Poco a poco la carrera del gran mito de los 80 se fue diluyendo. Las noticias sobre sus trabajos le dieron lugar a otras que narraban su adicción al alcohol, las internaciones para rehabilitarse, los conflictos familiares y las novias veinteañeras.

Uno de sus peores momentos fue en 2007 cuando apareció un video donde se lo veía alcoholizado y comiendo una hamburguesa. Aparentemente su hija lo había grabado para mostrarle cómo el alcohol lo destrozaba. El video personal se viralizó con millones de reproducciones y decenas de parodias. “Al principio me destrozó, pero encontré la calma cuando todo salió a la luz. Porque tenía el respeto y cariño de mis hijas, mi madre y mi padre. Eso es todo lo que necesito. También tuve el apoyo de todos los que igual vieron un poquito de ellos mismos en mí. Les gustó el hecho de saber que pude levantarme”, aseguró y reconoció que el video “acabó con un montón de contratos de imagen, pero me ayudó a introducirme en Internet. (…) Después vendimos Baywatch por 500 millones de dólares. Me salió bien”.

David Hasselhoff fue grabado alcoholizado por su hija Taylor Ann, entonces de 16 años. Decidió filmarlo para recordárselo cuando estuviera sobrio. En el vídeo le pregunta al actor por qué sigue bebiendo y responde que la razón es que se siente “solo” y “tiene problemas con su vida”
David Hasselhoff fue grabado alcoholizado por su hija Taylor Ann, entonces de 16 años. Decidió filmarlo para recordárselo cuando estuviera sobrio. En el vídeo le pregunta al actor por qué sigue bebiendo y responde que la razón es que se siente “solo” y “tiene problemas con su vida”

Casi diez años después, en el 2016 declaró que estaba en la ruina, que solo le quedaban unos cuatro mil dólares en efectivo y que por eso no podía pasarle los 230 mil dólares anuales acordados con su exesposa, Pamela Bach. En el portal TMZ, Hasselhoff reconoció que ganaba algo más que 100 mil dólares mensuales, pero que gastaba 59 mil. Y que sumado a lo que le da a su exesposa y el pago de impuestos, no le alcanzaba para ahorrar casi nada. La versión de Bach es diferente; aseguraba que su patrimonio era superior a 100 millones de dólares en propiedades, autos, obras de arte y joyas. “Es que soy muy bueno negociando, pero un desastre administrando mi dinero. Se lo doy a mis hijas, mi padre, mi novia…”, se defendía él.

Con 70 cumplidos, Hasselhof logró domar su ego y descubrir que la autoparodia puede ser un negocio muy redituable. Se presta a cameos con guiños a su pasado. Participó de tantos que admite con humor que “mi próxima película debería llamarse así: Cameo”. Formó parte sin mucho suceso en musicales de Broadway; fue jurado de America’s got talent y Britain’s got talent; concursó en Dacing with stars, aunque lo eliminaron en primera ronda. Con el sí fácil no dudó en aceptar presentar un programa en la televisión sueca aunque aclaró que “la broma es que entrevisto a suecos famosos y no tengo ni idea de quiénes son”. En 2012 llegó a la Argentina para participar del Festival de Cine de Mar del Plata y junto a Emilio Dissi protagonizó una publicidad para promocionar la ciudad.

David Hasselhoff y Emilio Disi, en la publicidad que filmaron en Mar del Plata
David Hasselhoff y Emilio Disi, en la publicidad que filmaron en Mar del Plata

Sigue siendo un maravilloso narrador de anécdotas. Como cuando contó que Farah Diba, la mujer del sha de Irán, le contó que en Teherán la gente con parabólica le cobraba a los vecinos por permitirle ver sus series en la tele. Lo insólito es que la conoció no en una gala sino cuando ella se lo cruzó y le pidió un autógrafo. Suele recordar con humor la vez que viajó a Sudáfrica y mientras presenciaba una danza zulú hizo el gesto de llamar a Kitt desde el reloj y el espectáculo se detuvo en espera del auto. Admite que al menos tres personas se tatuaron su cara en la cola. Dos mujeres fanáticas suyas pero también Juan Carlos González, un barcelonés que se lo hizo no por amor sino porque perdió una apuesta.

El año pasado decidió subastar una selección de artículos personales, entre ellos El auto fantástico, el clásico Pontiac Firebird Trans Am de 1982 que guardaba en su casa. El nuevo dueño se lo llevó por 300 mil dólares, bastante menos que el millón que se pensaba obtener.

Con 70 años asegura que piensa seguir activo “hasta los 97″. “¿Qué voy a hacer si no?, ¿quedarme en casa y cortar el césped?, ¿ver la tele? Yo no veo la tele, ¡yo salgo en ella!”, declaró en el diario El País. En su muñeca lleva una pulsera donde se lee: “Visualízalo, créetelo, vívelo”, su lema de vida. Aunque conserva muy bien su cuerpo, ya no le permite andar corriendo por la bahía, pero sí se nota que sigue con ganas de andar corriendo por la vida. Y aunque no conozca la canción del uruguayo Fernando Cabrera, cada vez que camina por la playa mientras recuerda sus tiempos de guardavidas con malla roja podría cantar “Tengo un puñado de recuerdos de arena. Entre los dedos con la arena vas vos”.

David Hasselhoff en Mar del Plata (Foto: @DavidHasselhoff )
David Hasselhoff en Mar del Plata (Foto: @DavidHasselhoff )

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