José Luis Rodríguez: No hipotecaré mi presente en un futuro que no existe

Rodríguez

Entre lágrimas no, más bien entre llanto. Así recibieron los medios de comunicación a un emocionado José Luis Rodríguez, el Puma, en la rueda de prensa que marcaría, tras 12 largos años de ausencia, su reencuentro con Venezuela.

El Puma - José Luis Rodríguez - Rueda de Prensa

Desde tempranas horas de la mañana de este lunes, el Salón Doral II de Lidotel Caracas se fue llenando de cámaras, luces, controles, cables, micrófonos y celulares que registrarían lo que ocurriría a partir de las 10:00 am.

El Puma - José Luis Rodríguez - Rueda de Prensa

«Hace tiempo existió un hombre que quiso cambiar al mundo con su música; que deseó construir un legado que fuese inolvidable para su gente», manifestó la voz ahogada de un José Luis Rodríguez todo nervios y emoción. «Ese hombre soy yo: la resurrección de un cuerpo que se creía perdido y el despertar de un espíritu que se volvió inquebrantable. Por favor, perdonen lo que me está pasando. Estoy muy emocionado», resaltó entre silencios que buscaban guardar su calma y compostura. «Quien está frente a ustedes hoy es un hombre que entendió que debía tomar las riendas de su vida de una forma diferente. Ese hombre lo hizo a través de Cristo».

El Puma - José Luis Rodríguez - Rueda de Prensa

A José Luis Rodríguez se le veía muy bien. Bastante mejor de lo que se pudiese llegar a pensar luego de sus graves problemas de salud. Su semblante no era el de un hombre de 79 años de edad que padeció fibrosis pulmonar y se sometió a doble trasplante de pulmón. Todo lo contrario. Las canas le lucen y su saco azul lo hace ver más jovial que de costumbre. Tal vez, sus lentes de aviador contribuían con el look o puede que lo ayudaran a disimular esas lágrimas de cocodrilo que amenazaban con borbotear con más frecuencia de lo que él mismo se esperaba.

Resurrección y libre albedrío

«Me desvié. Me dejé utilizar por mucha gente, pero ahora entiendo que en este resto que me queda de vida, no sé cuánto, voy a afrontarla como cuando la inicié: con fe, amor, esperanza y cariño», manifestó. «Resucité, volví a nacer y vine a aprovechar este tiempo haciendo esto y cantando», dijo.

Cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué. Esas cinco preguntas transitaron junto a Rodríguez su camino de regreso a las tarimas. Todo para darle respuesta a lo que hoy gobierna su vida: la fe. «Ahora estoy parado en el para qué. Para qué me regaló Dios más tiempo», se cuestionó en frente de un centenar de personas. «Para seguir lo que inicié en un momento: alegrar, divertir entretener y decirle a la gente que hay formas de hacer la vida mejor regidos por la fe, la esperanza y haciendo lo que más nos gusta», manifestó.

«Vivamos cada día como se debe. No hipotequemos el presente en un futuro que no existe. Vivamos el aquí y el ahora. Yo, por mi parte, deseo vivir cada minuto y segundo entregándoselo todo al público, al que siempre agradecí y agradeceré por el sitial en el que me pusieron y por el amor inmenso que me han regalado», recalcó Rodríguez.

El Puma - José Luis Rodríguez - Rueda de Prensa
Fotos Karem González

«Damos por abierta esta rueda de prensa conociendo entonces mi pensamiento», subrayó luego de un monólogo de siete minutos, señalando que los presentes podían hacer todas las preguntas que quisieran. Sin embargo, aclaró que, así como los periodistas tenían todo el derecho de preguntar lo que deseaban, él tenía el mismo derecho de responder. O no.

«No hay restricciones ni reglas; aquí habrá libertad de preguntar lo que sea, pero yo también estaré en libertad de responder lo que yo quiera. Bienvenidos», declaró, iniciando formalmente el encuentro.

¿Qué espera José Luis Rodríguez de Venezuela?

Si el foco de la rueda de prensa era hablar sobre la música de José Luis Rodríguez, el concierto que lo trae a Venezuela luego de 12 años, invitados sorpresa y repertorio, no fue así. Lo que prometía develar algunas premisas del esperado show se convirtió en una hora de reflexión en la que la espiritualidad del artista fue protagonista.

«Me preparé mucho tiempo para este regreso; para este momento que estamos viviendo ahorita. Mental y espiritualmente vine a disfrutarme Venezuela y, por supuesto, a ustedes», declaró. «No será solo Caracas. Barquisimeto y Valencia también serán destinos del espectáculo; puede que otras ciudades más. Pero de lo que sí estoy seguro es que no tendré ningún tipo de expectativas al respecto».

El Puma - José Luis Rodríguez - Rueda de Prensa

Para El Puma, el que espera y no obtiene nada, se convierte en pérdida. «Yo no espero; simplemente doy. Yo vine a dar. Si recibo, ¡Bendito Dios!», añadió. «Creo que lo único que pudiese esperar es el cariño de la gente, los aplausos, la aprobación. Todos los artistas tenemos la intención de agradar y eso simplemente es lo que pudiese estar esperando: amor».

Que digan lo que quieran…

En varias ocasiones, José Luis Rodríguez ha hecho público su descontento con el régimen del presidente Nicolás Maduro. Incluso llegó a decir que se estaba destruyendo al país más hermoso y -tal vez- el más rico de Latinoamérica.

En respuesta, el mismo mandatario venezolano arremetió contra el cantante al señalar que desde hace más de 30 años no vivía en el país y ahora en un punto en que la carrera del intérprete estaba en declive regresaba a «hablar mal de la patria y el líder sagrado Hugo Chávez».

A la pregunta de que qué siente al regresar a una Venezuela que, a pesar de los notables cambios sociales y económicos recientes, resulta un país del que pudiese sentir miedo por posibles represalias en su contra.

«La gente tiene la libertad de decir lo que quiera o piense», atajó rápidamente el artista. «Al principio comencé la rueda de prensa con una ilustración clara de mi vida. Si me quieres llevar por ahí, no me vas a encontrar, realmente no», continuó.

 

«Tu medio -refiriéndose a Primer Impacto de Univisión– está buscando intencionalmente provocar un revuelo con esa pregunta», prosiguió. «Lo que dije en el opening es así: de aquí en adelante voy a vivir mi vida y decir no. No voy a responder a tu pregunta malintencionada. No le daré motivos a los medios para que saquen conclusiones de lo que digo o deje de decir», comentó.

Volviendo su mirada al resto de los asistentes, fue bastante enfático en señalar a esas personas que lo impulsan hacia el escándalo. «A ellos no les tengo respuesta. A la calumnia menos», recalcó. «Yo también puedo decir lo que quiero. De eso se trata el libre albedrío», rescató Rodríguez muy seguro al momento de cuestionarse críticas malintencionadas o señalamientos sin fundamento en su contra. «Mi caparazón se ha vuelto del tamaño de un elefante; grande e impresionante. Siempre te traspasa, claro está, pero prefiero evitarlo para no dañarme y seguir en mi buena nota».

Apuntó a decir, dando por cerrada la interacción con el medio, que complacer a todo el mundo significa la muerte. «Yo te complazco a ti cuando me preguntas; tú con tu pregunta quedas bien y yo no. Entonces, decirte es mi muerte; cada vez que complaces a alguien te estás matando a ti mismo. El no, es vida. Aprendí a decir que no después de lo que me pasó», recordó.

Concluyó con la idea de que no es un tipo de escándalos. «Así fue desde el principio; nunca me gustó ser parte de eso. Me cuido mucho de lo que pueda transmitir, sobre todo a la gente joven. Nunca me gustó el escándalo, por eso nunca lo provoqué», manifestó.

Para quienes esperaban preguntar sobre sus hijas de apellido Morillo, la oportunidad nunca llegó. El tema no tuvo cabida. Nunca. Así como el tema político. Temas que se debían obviar para no incomodar.

Venezuela, parada obligatoria

«¿Qué tiene el país? Simplemente, su gente. Es así de sencillo. Los venezolanos son la respuesta», señaló. «El corazón del público en este país es tan largo y ancho como su biografía. Tienen un corazón abierto para todo el que pise su suelo», atajó a decir con el cambio de tema.

«Los artistas siempre nos sentiremos agradecidos por ese sentimiento… Aparte de la comida y las mujeres bellas, la acogida que da la gente es lo más importante de Venezuela», expresó entre risas. «Y eso es algo que no solo digo yo, sino diversas personalidades con las que he coincidido».

El Puma Concierto Caracas

José Luis Rodríguez no esconde su sentimiento de gratitud hacia todo, pero hace énfasis en una cosa. «Estoy profundamente agradecido con Dios», subrayó. «Estuve, en tres ocasiones, a punto de irme de mi cuerpo, ¿saben? Pero entendiendo que el cristiano no tiene pérdida, ¿qué es lo que realmente pierdo? ¿El cuerpo?», reflexionó.

«Inevitablemente, nuestro cuerpo tiene tiempo de caducidad; hay que entregarlo cuando sea el momento. Sin embargo, yo deseaba de corazón tener un poco más de tiempo y me tocó decirle a Dios que me lo regalara para cumplir con lo que estoy haciendo hoy día, frente a todos ustedes», añadió. «Hay cosas que me faltan por hacer. Una de ellas era esta: estar en Venezuela así, como lo estoy ahora».

Las nuevas generaciones

No son una, ni dos, sino tres generaciones las que disfrutan de su música. Esto no solo lo avalan las estadísticas, sino él mismo basado en sus experiencias.

«Cuando uno es joven quieren arrancarte un pedazo de la camisa o del cabello; hay rasguños y gritos por doquier, pero después que pasa el tiempo eso se olvida», describe con humor. «Lo que pasa es que aparece la nueva generación reclamando autógrafos para sus mamás o abuelitas y ahí te das cuenta de cómo ha cambiado el interés de las personas por uno. Sin embargo, rescato que es abrumador el cariño de los jóvenes hoy día porque hay muchos que crecieron con mi música; la familia se encargó de que así fuese», reseñó.

Recalcó su emoción por cantarle no solo a las ‘cabezas blancas o grises’ sino a ese grupo de jovencitos que, aun teniendo 18 años, corean sus canciones como si de Bad Bunny se tratase.

El Puma Venezuela
Foto Instagram de El Puma

«El paso del tiempo es inequívoco, pero yo me siento con unas ganas enormes de vivir y de ser. Cumpliré 80 años en pocos días, pero me siento con unos 12 o 15 menos. Y eso creo que se notará con lo que verán en mi show», destacó.

Aprovechó la oportunidad para resaltar su interés por seguir haciendo música de la buena, junto con jóvenes talentos que le ofrecen valor a la industria como son los Hermanos Primera.

«Yo no espero que nada me pase a juro, sino que fluyan las cosas. Hay bastantes jovencitos que le están dando innumerables éxitos a mucha gente alrededor del mundo. Servando es uno y ojalá pudiésemos llegar a trabajar juntos», señaló. «Sin embargo, pase lo que pase, algo que sí tengo claro es que voy a recurrir a la gente que ha estado siempre allí para mí, apoyándome e inspirándome con su talento como Yasmil Marrufo», añadió.

¿Dueño de qué?

«Entramos, salimos, nacemos, morimos, transitamos, no nos quedamos, administramos, no poseemos», apuntó con mucha emoción Rodrñiguez dándose cuenta de que era la hora de ir finalizando el encuentro.

«Es un entrar y salir pero la gente quiere -o prefiere- arraigarse. Eso es difícil: sentir que uno es dueño de algo y resulta que no somos dueños ni del cuerpo. No te llevas ni el valor de un sueño de acá», dijo. «Yo creo que somos tripartitos: somos alma, cuerpo y espíritu. El alma es el archivo, el disco duro del ser humano; el espíritu va a Dios, pero el cuerpo es el vehículo… Entonces, sentirme arraigado a la tierra no va conmigo. No lo siento. Entonces soy dueño de absolutamente nada».

«No hay nada mío: ni la música, ni el público, ni yo mismo. Simplemente somos y ya», expresó, señalando que a pesar de lo rápido que corrió el tiempo esa mañana de encuentro con los medios, sintió que habló de todo lo que quería y transmitió lo que sentía.

 

Agradeciendo la oportunidad y el tiempo de los convocados, se levantó de su silla para tomarse fotos rápidamente, no sin antes señalar que comete errores todos los días y está claro de eso. «Pero la importancia radica en asumir cada cosa dicha o hecha entendiendo que si se hizo algo mal, debe remediarse. No se puede ir por la vida dañando a la gente. Y eso es algo que rige todos los días de mi vida», concluyó.

Una hora había pasado y no se adelantó nada nuevo sobre el show. Nada. Rodríguez solo invitó a ser testigos, en vivo y directo, de lo que pasará en la Sala Ríos Reyna del Teresa Carreño el jueves 14 de julio.

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