Tequila: demasiado jvenes, demasiado xito, demasiada droga, demasiado sexo

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El Festival de San Sebastin estrena el documental de lvaro Longoria que revisa todos los excesos del grupo ms excesivo del ‘rock and roll’ espaol

Julin Infante, Alejo Stivel, Manolo Iglesias, Felipe Lipe y Ariel Rot.MUNDO

“Yo debera estar muerto. Cuenta el productor y ahora director lvaro Longoria que este entrecomillado fue la expresin utilizada por Alejo Stivel para presentarse la primera vez que se vieron. De paso, se convirti en motivo ms que suficiente para una pelcula. Tequila. Sexo, drogas y rock and roll es el ttulo quiz demasiado obvio del documental recin presentado en San Sebastin que no slo repasa la vida excesiva del grupo que con tan slo cuatro discos entre 1976 y 1982 lo revolucion todo desde las plazas de los pueblos a los despachos de las discogrficas, sino que, mucho ms relevante, tambin se detiene en su muerte desmesurada. Tenamos un sueo, se cumpli y, justo despus, lleg la vida real, comenta Ariel Rot en la pelcula para marcar el lmite exacto de la desaparicin de la banda y, probablemente del exterminio de casi todo lo bueno.

La historia es conocida. Dos jvenes argentinos –Alejo y Ariel– llegan a Espaa con sus familias que huyen de una dictadura nueva. Lo que descubre esta pareja fantica de los Rolling Stones, desertores del colegio y amigos desde la infancia es un pas con su dictador recin muerto y, lo ms grave, sin rock and roll. Tenan un poco el poder de los marcianos que aterrizan en un planeta mucho ms atrasado, comenta en la pelcula Benjamn Prado y los aludidos le dan la razn. Llegaron a un local como perfectos desconocidos, vieron a tres tipos tocar que les cuadraban en sus planes y les ficharon. El mundo al revs. Acaba de nacer un grupo sin nombre a los que se sumaban Julin Infante, Manolo Iglesias y Felipe Lipe. Una botella y una borrachera se encarg del bautismo. Acababa de nacer Tequila.

El 1978, con poco ms de 18 aos cumplidos, graban su primer disco, Matrcula de honor. Y el mundo se detiene. Por resumir mucho y por ofrecer apenas unas pinceladas de la exageracin que fue todo, ellos demostraron que se poda hacer rock en espaol; vendieron de golpe 200.000 discos y rindieron a sus pies al ejrcito de fans que movilizaba Superpop y su medio milln de ejemplares semanales. Pero, y en la misma medida, tambin convencieron a los puros de la revista Vibraciones, al promotor Gay Mercader, al todopoderoso director del programa de TVE Aplauso, Jos Luis Uribarri (Los artistas bamos a hacerle la pelota para que el to se forrara. Cobraba un cach y les deca a las compaas lo que tena que traer, recuerda Alejo) y hasta a Los 40 Principales (Les cedas los derechos para que te radiasen. Era un sistema corrupto de arriba a abajo, aade).

La pelcula repasa todo gracias al relato meticuloso de todos los protagonistas, incluida la ms brillante de las testigos: Cecilia Roth, hermana de Ariel. Y as hasta que llegan las sombras y, de su mano, la herona. Estbamos fumados siempre. El resto de las drogas entr lentamente, dice uno. Un da lleg Alejo con una papelina de herona y nos enganchamos todos. Era una droga muy tentadora y muy cool, recuerda otro. Buena parte de la pelcula es un parte de bajas, una detallada descripcin de una cada al vaco desde lo ms alto. Ajenos al odio que levantaban entre los abanderados de la Movida, los miembros de Tequila decidieron odiarse a solas entre ellos y con todas sus fuerzas. Cuando bajaron las actuaciones, a m no llegaba el dinero pero a ellos s, por las royalties, recuerda Lipe an con amargura. De repente, nos dimos cuenta de que no habamos desarrollado herramientas para vivir. Habamos pasado todo este tiempo dentro de una burbuja. No sabamos hacer ni lo ms elemental, comenta desde la distancia Ariel.

Manolo muri de sida poco despus de separado el grupo y Julin, por el que hablan sus dos hijos, cumpli su sueo funesto de ser un rolling stones hasta el mismo final. Fue un ejemplo doloroso de cuando se pierde el amor por la vida, se escucha en un momento. Demasiado jvenes, demasiado xito, demasiadas drogas y demasiadas mujeres, sentencia Gay Mercader. Sea como sea, queda Salta! Queda ella y la ms descomunal y viva de las historias. Pese a sus muertos.

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